Cuando los glaciares en la cara de esta montaña se derritieron, revelaron una vista salvaje

Congelados en el tiempo y el espacio, los serenos paisajes de la región de Trentino, en el norte de Italia, esconden oscuros y sombríos secretos. Un día, mientras Maurizio Vicenzi caminaba por las laderas nevadas de San Matteo, se encontró con un espectáculo inquietante: tres cuerpos colgando de una pared de hielo.

Los restos, que pertenecían a tres jóvenes, habían permanecido sin ser detectados durante casi 100 años. Su descubrimiento fue particularmente pertinente para Vicenzi, quien trabajaba como guía y formaba parte de un equipo de rescate de montaña local. Además, era un historiador aficionado y director de un museo de historia militar. Y su familia había estado involucrada en los mismos hechos que se habían cobrado la vida de los hombres.

Hablando con la BBC en agosto de 2004, Vicenzi describió el escalofriante momento en que se topó con los cadáveres. Dijo: “Usando binoculares, vi lo que parecía una mancha en el glaciar Forni y fui a inspeccionarla. Cuando me acerqué, descubrí que eran cuerpos de soldados congelados en el glaciar. Nunca ha sucedido nada como esto en mi vida entera".

Y el descubrimiento, explicó Vincenzi, tenía ramificaciones, no sólo para los académicos militares, sino también para la comunidad de Peio y sus vecinos. Dijo: "No se han encontrado cuerpos en el hielo por aquí durante décadas... Este es un descubrimiento importante desde un punto de vista histórico y emocionante para las comunidades de ambos lados de la frontera".

Tan recientemente como en la década de 1970, Peio era poco más que una remota aldea agrícola en las montañas Dolomitas. Hoy, sin embargo, se sustenta con el dinero de los turistas que vienen de lugares como Italia y Rusia. Incluso se podría decir que Peio ha florecido al convertirse en una estación de esquí modesta pero bien establecida.